Es un negocio creado por Travis Kalanick, el inventor de UBER, y que ha llegado a España.
En estos restaurantes no hay ni camareros ni mesas: sólo locales y repartidores de comida.
Es un negocio legal, porque está en un vacío de jurisprudencia y no se pueden denunciar.
Tienen claramente efectos nocivos para los vecinos y suponen una competencia desleal para la hostelería tradicional.
Una marca virtual te ofrece una muy baja inversión inicial del 80 % menor que una franquicia tradicional.
Para abrir un restaurante tradicional de un franquiciante, deberás invertir desde 300 000 euros hasta 1 millón de euros o más en algunos casos, además de tener que ocuparse de alquilar un local, invertir en la reforma, y todo esto tardaría unos 4-6 meses.
Con una franquicia virtual, puedes estar operando la marca en tan solo 2 a 3 semanas.
El reparto de comida a domicilio ha aumentado más de un 70 % este año por la pandemia.
En el madrileño barrio de Tetuán denuncian que las más 20 cocinas industriales que se han instalado en la zona traen humos, ruido y un continuo trasiego de motos y furgonetas en la calle que les hacen la vida imposible.
En una pequeña calle del barrio de Tetuán, la calle José Calvo se han instalado más de 20 cocinas industriales en los bajos de un edificio.