“En el fondo, el objetivo final del curso es que los estudiantes dediquen menos tiempo al estudio, pero que cuando lo hagan, lo hagan con eficiencia. De este modo, lo podrán compaginar con otras actividades: deportivas, musicales, artísticas… En estos niveles educativos, no hace falta estar cuatro horas diarias. Hay que dedicar el tiempo necesario para lograr los objetivos que te marcas en cada caso”
Es el principal mensaje que ha trasladado Raúl Santiago Campión, Doctor en Pedagogía y ponente del curso “Estrategias de aprendizaje y técnicas de estudio para alumnos de ESO y Bachillerato” a sus estudiantes.
El curso, realizado esta semana en la UNED de Tudela, ha tenido tres componentes básicos; la primera parte se ha dedicado a facilitadores del aprendizaje: condiciones ambientales, físicas, la planificación, marcarse unas metas a medio y corto plazo…
“Cuando uno se pone a estudiar tiene que tener claro que tiene que marcarse un objetivo “tangible” en un tiempo determinado, bien sea un esquema, un resumen, un subrayado, un repaso… siempre, teniendo en cuenta que ese material debe estar orientado al tipo de evaluación que se vaya a realizar: bien sea tipo test, comentario de texto, resolución de problemas etc”, asegura Raúl Santiago Campión.
Un segundo bloque del curso ha estado dedicado a técnicas de estudio. Se han analizado temas como la velocidad lectora.
“Vamos a encontrar estudiantes que leen a 130 palabras por minuto, que es una velocidad lentísima, propia de primaria, y otros que leen a 300. El cálculo es muy sencillo: éstos últimos van a acabar en la mitad de tiempo que sus compañeros. Hay bastantes estudios que relacionan la velocidad con la compresión. Los que leen más rápido suelen comprender más porque tienen menos margen para la distracción.Normalmente al que lee muy lento le cuesta asimilar, no consigue hilar las ideas, va encontrando lagunas, tiene que retroceder… su aprendizaje es poco eficiente. Hemos tratado también la técnica del subrayado; normalmente se piensa que cuando se subraya, simplemente se hacen líneas debajo de las palabras, nada mas lejos de la realidad. En el subrayado entran en juego componentes cognitivos muy interesantes y que suponen un reto intelectual: qué palabras o términos resaltar, técnica concreta a utilizar: como el tipo de líneas o los colores a emplear…siempre teniendo presente dos ideas: economía y coherencia. Si el subrayado se hace bien, convertir el contenido de aprendizaje en un resumen o un esquema resulta rápido y fácil.
En cuanto a estrategias de aprendizaje, lo principal es cómo afrontar el examen: el estudio en función del tipo de examen, cómo hacer un examen tipo test, de desarrollo o comentario de texto…”
A lo largo del curso, además, los alumnos/as han realizado diversos juegos de lógica para potenciar la llamada inteligencia creativa, es decir, buscar soluciones imaginativas y distintas a las habituales con objeto de utilizar estrategias “divergentes” para dar con la solución a una tarea concreta.
“Otro problema es que los libros de texto, tanto de primaria como en la ESO, están tan “bien hechos”, que en términos de aprendizaje constructivo, no son los más adecuados para fomentar el desarrollo intelectual. No dan margen para que sea el propio estudiante quien elija la técnica más adecuada para cada caso, dependiendo de la naturaleza del material y el tipo de evaluación: bien sea un esquema, un resumen, o un mapa conceptual… ya está todo tan guiado desde la primera línea que el componente de construcción, tan importante en el aprendizaje, es mínimo. Y es esto lo que hemos tratado de inculcar a los participantes en el curso: intentar que adopten una posición activa y positiva en su propio proceso de aprender a aprender".