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La fotógrafa documental Ana Palacios presenta la exposición “Niños Esclavos. La puerta de atrás”, en la UNED de Tudela

La inauguración, que ha tenido lugar durante esta tarde, ha consistido en una presentación, en la proyección del documental homónimo, una charla-coloquio y una visita guiada. La muestra, que forma parte de la programación de "África Imprescindible", podrá visitarse hasta el 20 de diciembre en horario de apertura del Centro Asociado de la UNED en Tudela.

15 de noviembre de 2018

Esta tarde se ha inaugurado la exposición “Niños esclavos. La puerta de atrás”, que permanecerá en la UNED de Tudela hasta el 20 de diciembre y podrá visitarse en horario de apertura del Centro. En la presentación, han participado Luis J. Fernández Rodríguez, director de la UNED de Tudela; Javier Fernández Valdivieso, Director de la Fundación bancaria Caja Navarra; Agustín Sola, Director de área de negocio de CaixaBank en la Ribera; Iñaki Buldain, Miembro de Intermón Oxfan y representante del Consorcio África Imprescindible y Ana Palacios, fotógrafa documental y autora de la exposición.

  

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que 152 millones de niños y niñas están siendo sometidos al 'trabajo infantil': desde el reclutamiento forzado, pasando por la trata, la explotación sexual, los niños soldados o el matrimonio forzoso.

 

Ante esta situación y con la vista puesta en el futuro de estos niños/as, cabe preguntarse: ¿Qué sucede después de que un niño/a haya escapado de la esclavitud? ¿Cómo se reconstruye una infancia rota? ¿Hay salida?” Estas son las preguntas que trata de responder ‘Niños esclavos. La puerta de atrás’. Según afirma la propia Ana Palacios, el objetivo del proyecto es “visibilizar y sensibilizar la vulneración de los derechos humanos que muchos niños/as sufren hoy en día”. Y este problema se afronta desde la perspectiva de los que consiguen encontrar la “puerta de atrás” y se enfrentan a la dura tarea de tratar de recuperar su infancia interrumpida.

 

La exposición “Niños esclavos. La puerta de atrás”

Esta muestra es un proyecto documental de Ana Palacios, en el que colaboran Fundación Caja Navarra, UNICEF, y la Obra Social La Caixa. La autora es periodista y fotógrafa documental interesada en destacar las vulneraciones de los derechos humanos en África Subsahariana. 

La obra de Palacios ha sido publicada, expuesta y premiada a nivel internacional, en medios como Al Jazeera, Der Spiegel, The Guardian o El País. Además, ha publicado tres libros en los que narra situaciones como la de los niños albinos en Tanzania, el cambio social en Uganda o la situación de los niños esclavos que protagoniza esta exposición.

Ana Palacios relata a través de 34 fotografías las historias de vida de más de cincuenta niños esclavos que han conseguido encontrar, abrir y atravesar esa “puerta de atrás” para recuperar su infancia interrumpida. Unos protagonistas que luchan por entender, aceptar y olvidar un pasado lleno de abusos y que cuentan con el apoyo de ONGs y otras instituciones que les acompañan en su proceso.

 

La autora introduce en esta exposición el concepto de la “esclavitud moderna”. Este término se utiliza en el contexto de diferentes prácticas o delitos como el tráfico de personas, el trabajo forzoso, el trabajo infantil, el matrimonio infantil, la mendicidad, esclavitud sexual y otros. El denominador común de estos crímenes es que son todas formas de explotación en las que una persona está bajo el control de otra.

Hay una situación de tráfico de personas que afecta a miles de menores cada año en la costa occidental africana, vendidos por sus familias por cifras ridículas, como 30 euros al cambio y una vaga promesa de una supuesta vida mejor, que se traduce en una situación de esclavitud trabajando de sol a sol, alejados durante años alejados de sus países y familiares. Un tráfico de menores que sigue aumentando y del que no sólo apenas se habla sino que se naturaliza hasta convertirse en algo normal.

El origen se encuentra en la extrema pobreza, la tradición esclavista que vivió la región durante siglos y otras tradiciones ancestrales que promueven la migración infantil. Este fenómeno hunde sus raíces en la injusticia y la desigualdad social contaminando el legítimo deseo de las personas de emigrar para buscar una vida mejor. Por estas razones y por el desconocimiento de los derechos de los niños, el fenómeno está socialmente aceptado, y eso complica su erradicación.