El Centro Asociado de la UNED en Tudela acogió durante la tarde de ayer la conferencia En busca de una forma, de la mano del director de teatro Alfredo Sanzol.
Galardonado con tres Premios Max, licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra y en Dirección de Escena por la Real Escuela Superior de Arte Dramático, a través de esta actividad Alfredo Sanzol ha querido compartir cuáles han sido y son sus objetivos, procesos de escritura y dirección teatral a lo largo de su trayectoria profesional.
Cada espectáculo requiere encontrar una forma particular y no transferible y esa búsqueda está llena de obstáculos y dificultades. Superarlos es la esencia del proceso creativo.
Pregunta. Desde que estudiase en la RESAD hasta hoy ha trabajado mucho escribiendo, ayudando a otros en la dirección (como a Gerardo Vera), dirigiendo tanto textos propios como ajenos, escribiendo para televisión... De todas estas experiencias, ¿cuáles son las que más le han aportado?
Respuesta. “Comencé haciendo teatro porque quería actuar, escribir y dirigir; es lo que más me aporta y me interesa. Todo lo que he hecho antes para televisión y como ayudante de dirección me ha servido de aprendizaje para después centrarlo en mi objetivo, el teatro”.
P. Si pone en una balanza dirigir sus propias obras, y seleccionar y dirigir textos ajenos, ¿cuál pesa más?
R. “Ambas me gustan mucho. Me gusta escribir mis propios textos, sobre todo porque no puedo evitar el pensar en historias y construirlas. Pero también disfruto trabajando con textos ajenos, ya que te introduces de lleno en imaginarios desconocidos: aprendes mucho a crear estructuras, personajes y a llevar la imaginación de otro a tu terreno. Se establecen unos niveles de comunicación tan profundos, que se convierten en experiencias muy intensas y emocionantes”.
P. Como dramaturgo ha abordado temas muy serios (la muerte, el amor, las relaciones familiares o de pareja...) y lo ha hecho en muchas ocasiones en clave de comedia. ¿Qué es para usted el humor?
R. “Sobre todo es una manera de tomar algo de distancia del dolor; es verse a uno mismo con algo de perspectiva, aunque no de una manera fría. En ese sentido, el humor se vuelve un arma de doble filo ya que esa mirada nunca puede perder la empatía: podría convertirse en una herramienta para cosificar al otro y a uno mismo, y volverse muy agresivo. Por eso necesita mucha ternura”.
P. Tengo entendido que proyecta mucho sus experiencias personales en sus obras y se nutre de momentos vitales significativos para crear. De entre sus personajes, ¿cuál es el alter ego más autobiográfico?
R. “En todos mis personajes hay algo de mí, mezclado con mis seres queridos: mis amigos y mi familia. También hay algo de mí con lo que me gustaría ser y con lo que yo me pienso que soy. Del mismo modo, los personajes son síntesis de los ambientes sociales; de las cosas que más llaman mi atención”.
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