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“Es fundamental tener esta idea en la cabeza: el sol nos puede dar, pero no lo debemos tomar; son dos cosas distintas”.

Hablamos con Ignacio Querol Nasarre, Médico Especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica en la Policlínica Navarra y Profesor Titular de Dermatología en la Universidad de Zaragoza.

16 de julio de 2015

Con la llegada del verano, las altas temperaturas y el buen tiempo animan a visitar playas y piscinas a diario; una buena idea para aliviar el calor. Sin embargo, debemos recordar que aunque el sol pueda ser muy agradable, tenemos que tomar precauciones para que no nos produzca lesiones.

El Médico Especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica en la Policlínica Navarra, Ignacio Querol Nasarre, visitó la UNED de Tudela para impartir la conferencia “Prevención y detección precoz del cáncer de piel”. Expuso de manera concisa la incidencia de la exposición al sol en los distintos tipos de cáncer de piel existentes, y dio pautas para la prevención y detección precoz de los mismos.

¿Qué aspectos importantes se abordan en esta charla?


“Lo fundamental es resaltar la altísima frecuencia del cáncer de piel, a veces no tan conocida. En muchos de esos casos el cáncer de piel no va a tener una consecuencia fatal, solamente en algunos casos de lo que es el melanoma, pero es importante concienciar de que el melanoma es muy frecuente y de que está directamente relacionado con la exposición al sol, así como de que la exposición al sol es acumulativa y supone un riesgo acumulado del desarrollo de cáncer de piel a lo largo de la edad”.

¿Qué precauciones se deben tener en cuenta?

“El ponerse moreno nunca es inocuo porque siempre va a dejar un fondo de secuela, especialmente si se produce una quemadura solar; es acumulativo, ya que el sol de hoy nos puede acarrear problemas de cara a mañana; y los lunares en la piel, algo normal y que prácticamente todos tenemos, puede significar que haya un cáncer de piel y que tenga un alto peligro para la salud, cuando hay un cambio en el lunar o aparecen nuevos lunares con unas características especiales”.

¿Hemos asumido los riesgos que trae el cáncer de piel? ¿Somos conscientes?

“Creo que no. Hay una buena educación sanitaria, especialmente en nuestra zona, ya que la gente consulta por lesiones muy iniciales y es raro ver tumores avanzados. Sin embargo, de lo que ya no se es tan consciente es de que el sol pasa factura siempre. Muchas veces te preguntan: “¿puedo tomar el sol?”, como si al permitirlo el facultativo no fuera malo; permita o no el médico, ¡el sol va a hacer daño igual! Y eso la gente no lo quiere asumir”.

¿Desde qué edad es necesario tomar precauciones con el sol?

“Pronto. La foto protección infantil es especialmente importante para la prevención del cáncer de piel en el adulto, y cada vez se está incidiendo más. Se calcula que alrededor del 60%, incluso el 80% como aseguran algunos estudios, del sol que recibimos en nuestra vida es durante la infancia y lógicamente es en la infancia cuando hay que tratar de prevenir esa exposición, sobre todo evitar las quemaduras; las quemaduras solares en la infancia es un factor de riesgo claramente reconocido con el desarrollo en la edad adulta de cáncer de piel”.

¿Qué recomendaciones hay que seguir a la hora de tomar el sol?

“Lo correcto sería decir que no hay que tomar el sol. Es fundamental tener esa idea en la cabeza: el sol nos puede dar, pero no lo debemos tomar; son dos cosas distintas. Una cosa es que no podamos salir de casa, que no podamos ir a la playa, que no podamos nadar, que no podamos ir al campo… ¡eso sería una estupidez! Hay que intentar disfrutar de la vida, de la naturaleza, del verano y del invierno también, pero de forma segura. Los medios de foto protección no son para tomar el sol, sino para no tomarlo”.

¿Qué síntomas debemos vigilar en nuestra piel que puedan despertar la alerta?

“Hay que hacer un buen control de los lunares, ser consciente de lo que uno tiene en la piel y qué cambios pueden estar experimentándose: hay que pensar que un lunar que cambia o uno nuevo puede ser un melanoma. Y en personas a partir de los 50 ó 60 años, es decir cuando surge un poco más el cáncer de piel o melanoma, hay que poner especial cuidado en la aparición de lesiones ásperas en superficies más expuestas como el dorso de la nariz, las orejas, o la frente, así como en las pequeñas heridas que sangran algo y que no cierran, o que cierran pero que se vuelven a abrir rápido… Tal vez esos sean los principales signos de alerta para ir al médico y vigilar una lesión”.

¿Qué problemas puede acarrear la “Tanorexia”?

“Lo primero sería definir Tanortexia, ya que no es un término oficial: es un término como tantos otros anglosajones que nace de la unión de tan, que significa bronceado, con anorexia que es el trastorno alimenticio. Al igual que existe Vigorexia, asumimos Tanorexia como la obsesión continua por estar cuánto más moreno mejor y cuánto más tiempo mejor. Efectivamente “no hay bronceado seguro”; es decir, cuando la piel se broncea, indica que las células han sufrido un daño y el hecho de broncearse indica que hemos fracasado. Lógicamente todos acabamos teniendo moreno en el verano y pienso que el organismo lo tiene planteado para que esas cosas ocurran de forma natural. Lo que pasa es que el ser humano está diseñado para vivir 30 ó 40 años y ahora vivimos 90… Evidentemente tenemos que pensar que si queremos vivir 90 años con salud, tenemos que comportarnos de manera cauta y tomar precauciones antes".

¿Qué importancia tiene la detección precoz?

“La detección precoz del cáncer de piel es fundamental como en cualquier otro tipo de cáncer. Sobre todo es fundamental en el melanoma; el melanoma es el ejemplo o paradigma de cáncer en el cual la detección precoz supone curación completa y la detección tardía supone una altísima mortalidad. Es un blanco o negro, un cara o cruz. Si vamos pronto se cura prácticamente siempre y si lo dejamos que evolucione un poco, que se haga de milímetro y medio de grosor, ya supone una mortalidad superior al 50%”.

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