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“Él era muy trabajador y concienzudo. (...) Creo que lo que más le atrae al público es la vida que transmite su obra"

Entrevistamos a Fabiola A. Lorente-Sorolla, Profesora de Pintura, Grabado y Doradora en Almasorolla Arte, y bisnieta del pintor Joaquín Sorolla, tras la conferencia y visita a la exposición del autor “Sorolla. El color del mar”.

22 de junio de 2015

¿Cómo era Sorolla?

“Él era muy trabajador y concienzudo en su trabajo. Y por la parte que me toca, en el aspecto familiar, era muy cariñoso; así lo reflejan sus cartas”.

¿Qué destaca de la pintura de Sorolla?

“Destaca, sobre todo, su frescura; y la luz, que es importante. Pero por encima de todo, lo bien que trabajaba siempre; ¡con qué soltura y seguridad manejaba el dibujo y el pincel!”.

¿Qué influencias tiene?

“La principal influencia es de Velázquez; era su pintor favorito, el primero que vio en el Prado y que le gustó mucho. De hecho, los retratos que realiza a lo largo de su vida son como los de Velázquez.

Pero también se vio influenciado por otros pintores, cuando iba a París; por los pintores de norte, como Peder Severin Krøyer; e incluso por los fovistas, a tenor del color”.

Hemos visitado la exposición "Sorolla. El color del mar", uno de los temas favoritos del autor… ¿qué intenta reflejar su pintura?

“Cuando pintaba el mar, yo creo que intentaba reflejar dos cosas. La primera, simplemente el mar, la luz que tiene y el movimiento; la segunda es el trabajo del mar. Cuando se pone de moda el norte, el paseo… refleja también el cambio que hay de las playas del Mediterráneo, con el trabajo de los pescadores, al ocio en el norte. Pero su obsesión siempre fue la luz”.

¿Qué otros temas refleja su pintura?

“Sorolla fue un gran paisajista, tiene muchos paisajes del interior, y un gran retratista también; no solo pintando a su familia, sino que en Estados Unidos y en España le encargaron muchos retratos, porque captaba perfectamente la esencia de la persona”.

Usted también pinta, ¿podemos decir que esto le viene de familia?

“¡Supongo que algo de eso será, ya que soy su bisnieta! Pero no le llego ni a la suela del zapato”.

En su caso, ¿hay influencias de su bisabuelo en sus obras?

“A mí me gusta mucho la pincelada larga, como a él; me siento más cómoda que con pincelada pequeña. Pero otra cosa son los temas, porque yo soy de tierra adentro: él era valenciano y yo madrileña. Entonces yo pinto otros temas completamente diferentes, aparte de que mi escuela ha sido la de Bardasano (que tiene que ver con la de Sorolla, pero los temas son diferentes)”.

¿Cuáles son los temas recurrentes en sus pinturas?

“Yo pinto flores, bodegones y paisajes; paisajes del interior. De hecho yo creo que he pintado mar una sola vez y ríos un par de veces”.

Usted ha trabajado en el Museo Sorolla datando y referenciando los marcos de los cuadros. Sorolla eligió para la mayoría de sus obras los marcos, ¿hasta qué punto esto es importante?

“Es importante porque, y al ser pintora lo entiendo así, cada artista delante del cuadro que está realizando elige el marco que cree que mejor le va. En el caso de Sorolla no es que tenga especial cuidado en el acabado del marco, pero sí en que el marco sea muy útil y le vaya bien a la pintura. Sorolla tuvo unos marcos que no los ponía nadie más que él, haciendo guiños a lo clásico.

El marco tiene la información del cuadro que contiene, entonces es importante que pasado el tiempo ese marco se conserve”.

¿Por qué cree que puede ser atractiva para el público la obra de Sorolla?

“Creo que lo que más le atrae al público de la obra de Sorolla es que es alegre, y lo digo porque cuando voy a las visitas guiadas en el Museo, soy testigo de ello. Es la luz que tiene y lo que refleja; porque aunque los retratos son serios, porque no se ríen en la mayoría, los temas del mar, los niños, los paisajes… transmiten vida”.

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