Fue hace cuatro años cuando Diana Echarri, una joven con estudios de Administración y Finanzas, comenzó a sentir cierta inquietud por la Arqueología.
“Fui al Yacimiento de Atapuerca como turista. Le pregunté a la guía qué era necesario para excavar allí y ella me explicó que solían ir estudiantes… ¡Cómo me iba a imaginar que años después estaría yo allí!”, señala Diana Echarri.
Precisamente, ese mismo año, en octubre de 2010, tras perder su trabajo, Diana había decidido regresar a las aulas y se había matriculado en la UNED de Tudela para cursar el Grado de Geografía e Historia.
“Cuando supe que la UNED de Tudela daba esta oportunidad a los estudiantes me apunté, claro”, comenta Diana Echarri.
Los yacimientos de la Sierra de Atapuerca son, actualmente, un referente obligatorio para cualquier estudio de la Evolución Humana. Se trata de una excelente oportunidad para que estudiantes como Diana puedan aproximarse, en un trabajo de campo intensivo, a una de las técnicas fundamentales para la obtención de fuentes primarias al servicio de la Prehistoria: la excavación arqueológica.
“Nunca había excavado en un yacimiento en Prehistoria porque siempre había estado en Los Bañales. La metodología es muy diferente. Me quedo con la experiencia de haber conocido cómo se trabaja en un yacimiento tan importante y con todas las personas que he conocido, por ejemplo, a los tres directores de Atapuerca, grandes arqueólogos que salen en los medios de comunicación. Me quedo con todo. Ha sido una experiencia genial”.
Diana Echarri es la quinta estudiante de la UNED de Tudela que participa en las excavaciones del Yacimiento de la Sierra de Atapuerca, gracias al convenio de colaboración existente entre el Centro Asociado y la Fundación Atapuerca desde mayo de 2009. Esta campaña está dirigida, entre otros, por José María Bermúdez de Castro, Director del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.