Visitó la UNED de Tudela por segunda vez el pasado mes de junio como director del curso de verano “La evolución humana”. Aprovechamos para hacerle unas preguntas sobre el tema y completar la primera entrevista que le realizamos, allá por junio de 2005. [En el curso ha hablado de hominización y humanización. ¿Qué diferencia hay entre los dos términos?]
Hominización se refiera más a la biología y la cultura. Se refiere, clásicamente a los procesos biológicos y tecnológicos que llevaron a la aparición del género humano, el género homo. Siempre ha habido un cierto debate sobre qué es realmente el género homo, y cómo se define y las especies se pueden incluir dentro de él.
La humanización se refiera a otro proceso, en el que estamos inmersos todavía, y es un concepto más filosófico. Es un concepto que hemos ideado nosotros, los Homo Sapiens, para distinguirnos del resto de especies de primates. Tiene unas connotaciones que todo el mundo entiende: cuando hablamos de una persona muy humana decimos que tiene cierta sensibilidad o sentimientos, mientras que una persona poco humana o deshumanizada es todo lo contrario. Es un concepto más filosófico que biológico o cultural.
[¿Qué ha pretendido el curso?]
Ha buscado dar cabida a diferentes áreas temáticas, dada la multiplicidad de formación del alumnado asistente. Además de mi introducción, de carácter general, se ha impartido una ponencia sobre Paleontología, y la flora y fauna que ha acompañado al proceso de evolución; otra con una visión ecológica, referente al papel que juega el ser humano dentro del ecosistema; y también referencias al escenario evolutivo de los homínidos y la forma de su cuerpo: esqueleto, cráneo...
[Es director del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana. ¿Cómo nace el Centro?]
Nace a partir de las excavaciones de Atapuerca. En principio se había pensado constituir un Museo de la Evolución Humana pero, por razones económicas y políticas, se han creado dos instituciones diferentes. El CENIEH y el Museo de la Evolución Humana, que será más bien un centro de interpretación sobre los trabajos del Centro de Investigación.
Los dos formarán parte del mismo complejo arquitectónico, en Burgos. Se situarán en un edificio emblemático, que ha sido diseñado por Juan Navarro Baldeweg, con tres partes diferenciadas: el Centro Nacional de Investigación Humana, el Museo de la Evolución Humana y el Auditorio y Palacio de Congresos.
Ha supuesto una gran inversión por parte de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Burgos y el Ministerio de Educación y Ciencia.
[¿Cuáles son sus expectativas?]
Se trata de crear un lugar donde coexistan varios proyectos de investigación desde un punto de vista internacional. Pretendemos captar a científicos de todo el mundo, aunque la mayor parte de los investigadores serán españoles. Ya hay italianos, y Francia también aportará algunos. En la Universidad de Burgos se está creando una cantera importante de investigadores, además. De momento somos una docena de personas
[Como director de las excavaciones de Atapuerca, ¿podemos afirmar que hay un antes y un después de Atapuerca en los estudios de la evolución humana en España?]
Desde luego que sí. Y Te puedo citar un ejemplo, referente al número de publicaciones científicas sobre la evolución humana en una revista inglesa, el Journal of Humany Evolution, la de mayor impacto mundial en nuestro ámbito. Ella informa de todo lo que se va publicando en el mundo, y España ya ocupa el tercer lugar, tras Estados Unidos, un enorme país, y el Reino Unido. Estamos por delante de países clásicos como Francia, Italia o Alemania.
Lo que único que nos falta son revistas propias que puedan competir con las extranjeras, que son referencia mundial. Un handicap es el idioma, ya que nosotros tenemos que publicar en inglés, que es la lengua oficial en nuestra ciencia y para casi todo.