Experto en poesía latina desde la Antigüedad al Renacimiento, es director de la colección Biblioteca de Literatura Latina de las Ediciones Clásicas y Premio Nacional de Traducción del MEC. Visitó nuestro Centro los pasados 18, 19 y 20 de abril para participar en el seminario "Hispania Provincia Romana". [¿En qué consiste la Sociedad Española de Estudios Clásicos?]
Es una sociedad veterana que tiene cincuenta años. Se fundó en 1953 y tiene una larga tradición en España. Su objetivo principal es dar a conocer el mundo clásico a la sociedad y lo hacemos de varias maneras, entre ellas, preocupándonos de que la cultura clásica permanezca dentro de nuestro sistema educativo.
La sociedad Integra a los profesionales del latín y del griego tanto de la enseñanza secundaria como de la universitaria, pero también a todas aquellas personas que se interesan por el mundo clásico. Tenemos unos cuatro mil socios entre los cuales hay, sobre todo, profesores de instituto y de universidad. Hay filólogos, historiadores, arqueólogos, gente que se dedica a la filosofía antigua, al derecho... Pero también gente a la que, simplemente, le gusta la cultura clásica.
[¿Qué actividades lleva a cabo?]
Tenemos veintidós delegaciones territoriales en España -una en Navarra- que organizan ciclos de conferencias, jornadas abiertas y participan en festivales de teatro clásico. Dentro de nuestros modestos recursos hacemos una actividad meritoria, en ocasiones.
A nivel nacional e internacional organizamos, periódicamente, congresos que tienen cierta relevancia. El próximo será en Valencia en el mes de octubre.
También organizamos viajes de estudios, que están teniendo un gran aceptación. Ahora mismo hemos regresado de Rumanía y Bulgaria, donde hemos ido a ver el mundo Tracio, la colonización griega en el mar Negro y la presencia del Imperio Bizantino en esos países. El grupo lo conformaban ciento veinte personas porque no podíamos llevar a más.
[¿Cuál es la situación del latín y el griego en la enseñanza secundaria en España?]
Su defensa es una de nuestras actividades principales y, consecuencia de ello, la SEEC ha tenido cierta presencia mediática.
Personalmente, soy optimista y creo que sobrevivirán a cualquier reforma de política educativa. Hay quien, con cierta malicia, decía que sobrevivirán porque cualquier reforma que se haga en la enseñanza secundaria siempre debe tener como eje principal quitar un poquito de latín y griego. Pero si lo quitan todo, se quedarán sin razones...
España no debe volver la espalda de una manera radical a su pasado, a su historia, a aquello que nos ha vertebrado como parte de la civilización occidental. El latín y el griego deben cumplir una función importante en la educación de nuestro país.
[¿Y han conseguido algo?]
Evidentemente, no están tan presentes en el sistema educativo como a nosotros nos gustaría, pero ahí siguen. Lo que sí se ha conseguido desde hace unos años es que haya otra materia, que no suele existir en los países de nuestro entorno, llamada Cultura Clásica. A los estudiantes es una asignatura que suele encantarles, además.
[Parece que la clase política actual no es consciente de la importancia de las humanidades en general...]
Se le da una importancia excesiva al mercado laboral desde edades muy tempranas, y los dirigentes políticos, en un ejercicio de demagogia, suelen pensar que todo aquello que cuesta esfuerzo debe ser relegado a un rincón porque tendemos a una enseñanza light o de low cost con el único fin de que la gente se pueda insertar cuanto antes en el mercado de trabajo.
[¿Y son valoradas por la sociedad en general?]
Yo creo que no, o no lo suficiente. En el mundo actual se ha creado una cierta falacia, de acuerdo con la cual se vende que la escuela debe dar a la sociedad lo que la sociedad demanda. Pero lo que se entiende por demanda social suele estar orientado a demandas laborales. La enseñanza no debe estar orientada exclusivamente a formar trabajadores, me parece un gran error. Una buena educación es la que forma personas, con capacidad intelectual, raciocinio y sentido crítico. Luego ya llegará el momento de insertarse en el mercado laboral.
Con todo, creo que la sociedad, que cada vez tiene más ingresos, más tiempo de ocio y más inquietudes culturales, irá comprendiendo que no puede abandonar su identidad cultural y se acercará más a las humanidades y el mundo clásico.