Visitó la UNED de Tudela el pasado 30 de marzo dentro de la actividad “Entender el arte contemporáneo – RiberArte” para hablarnos de su trayectoria artística y del proyecto itinerante Gilgamesh. [¿Cómo empezó tu carrera artística?]
Como todos los niños, pintaba en la escuela... y no he dejado de pintar hasta hoy. Con quince años dejé el colegio para ir a estudiar orfebrería y en una academia de artes aplicadas. Poco a poco fui perfeccionando el dibujo en acuarela, sobre todo. Con dieciséis años hice mi primera posición, en formatos muy pequeños, muy ilustrativos, pinturas en acuarela.
Mis primeras obras estaban muy relacionadas con lo romántico y los cuentos de los hermanos Grimm. Acabé mis estudios con veintiún años y seguí mi propio camino.
A día de hoy pienso que he tenido suerte porque, como no he estudiado bellas artes, sólo he aprendido las técnicas, y me he visto menos influido por la rigidez académica.
[En cuanto a los motivos de tus pinturas, los motivos recuerdan a veces a arquitecturas clásicas]
Sí, son una mezcla de fondos históricos, geográficos y geológicos, con el macrocosmos como telón de fondo, y luego una mezcla de diferentes estilos artísticos e históricos. Me gustan todas las épocas artísticas y quizá mi obra pueda considerarse como un collage de diferentes épocas lo que puede dificultar su periodización. Es algo que me gusta, por otra parte, que alguien que vea una obra mía no pueda datarla claramente porque contiene aspectos de varias corrientes artísticas.
[Háblanos del proyecto Gilgamesh ¿Cómo nació?]
Siempre he estado interesado en el origen de la humanidad, de dónde venimos. Y parece que casi todos los caminos conducen a Mesopotamia. Hace ocho o nueve mil años surgieron allí las primeras civilizaciones, que en unos cientos de años inventaron la escritura, la matemática, la agricultura... Y de ahí surgió la epopeya de Gilgamesh, que es el documento escrito conocido más antiguo. Tiene muchos paralelismos con la Biblia, tonel Corán, la Torá de los judíos.
El objetivo del proyecto es interpretar la epopeya pero con los ojos de jóvenes artistas de hoy en día de diferentes naciones y culturas. Todos venimos de un tronco común y en la literatura de todas las culturas podemos encontrar un simbolismo y una moral que están conectados con la epopeya de Gilgamesh.
[¿En qué consiste el proyecto?]
Es una exposición interactiva, nunca exponemos en el mismo sitio. Vamos a distintas ciudades para buscar distintos públicos. Presentamos las obras del proyecto y, un poco como en un blog, los colaboradores que unimos en cada lugar van añadiendo materiales.
[¿Por cuántas ciudades habéis pasado?]
La idea nació en Barcelona, junto a Javier de Juan Creix. La primera exposición fue en 2004 en el Centro Cultural de Génova. La dos siguientes fueron en Barcelona y en Berlín. La última fue en otro lugar de Barcelona con un trabajo de video arte. Ahora venimos a Tudela y próximamente iremos a Colonia.
[¿Finalizará el proyecto algún día?]
No tenemos ninguna intención de acabarlo. La idea es continuar hasta que nos retiremos, o quizá incluso lo continúen otros. Nuestra intención es acercarnos poco a poco a Oriente, al origen de Gilgamesh. Y quizá, aunque es muy difícil de realizar, sería bonito mostrar todas las obras del proyecto en Iraq, la antigua Mesopotamia, que tras cinco mil años de guerras está sufriendo, además de los daños humanos, una especie de desmaterialización de su propia historia.