"La UNED debería ofertarse en los institutos como una salida académica real"
Según Mª del Mar Escorza Román, licenciada en Psicología en la UNED de Tudela y Premio Marqués de San Adrián 2007 al Mejor Expediente Académico.
De 29 años, natural de Pradilla y residente en Tauste, está casada y es profesora de inglés en una academia. El pasado 11 de enero recibió el galardón, dotado con 600 euros, que valora la nota media del expediente y los años invertidos en realizar la carrera.
[¿Qué ha supuesto para ti el premio otorgado?]
Sin duda un emocionante incentivo para empezar a pensar que quizá es hora de dedicarme profesionalmente al mundo de la Psicología. Hasta ahora, y aunque la Psicología había sido mi pasión, no me lo había planteado realmente.
Hasta este momento, únicamente había compaginaba mi actual trabajo de profesora de inglés en una academia con trabajos temporales como terapeuta en un Centro de Día. El reconocimiento me ha hecho pensar que igual es hora de arriesgar.
[¿Qué te llevó a estudiar en la UNED?]
Mi ilusión era estudiar Psicología. Conocía mi constancia y sabía que, para terminar algo sólo hacía falta empezarlo.
La UNED me sirvió para estudiarla, algo que, sin ella, se hubiera quedado sólo en un sueño. No exige que vivas en un determinado lugar ni que tengas todo el día libre. Me parecía una buena solución para quien ya trabaja o tiene familia que atender, pero no sólo para ellos.
[¿Te ha costado esfuerzo acabar los estudios?]
No cabe duda, sobre todo por las circunstancias en las que he tenido que compaginarlo: trabajo, familia y estudios, como otros tantos estudiantes de la UNED. Quizá es más duro si nos comparamos con los de las universidades presenciales, que suelen preocuparse sólo de sus estudios.
[¿Fue duro ese compaginar estudios y trabajo?]
Supone, como para todos, tener que destinar gran parte de tu tiempo de ocio y sueño a tu carrera. En el trabajo no siempre comprenden o conocen tu situación y, de cualquier modo, ningún examen es disculpa para alejarte de tus responsabilidades laborales, así que lo que hay que sacrificar es siempre el descanso.
La verdad es que, tras hacer esto durante no pocos años, tras terminar la carrera llegué a sentirme extraña cuando me tumbaba en el sofa sin remordimientos por no estar estudiando.
[Sin duda, la familia te apoyaría]
Totalmente, y es algo fundamental. Desde un principio me apoyaron en todo. Por ejemplo, no tenía carnet de conducir, con lo que para cada examen, cada consulta o visita a la biblioteca tuve la suerte de contar con mis padres, mi marido, mi hermana o mi cuñado, que lo dejaban todo para traerme a Tudela.
Este es el momento de agradecérselo en público porque, sin ninguna duda, si lo he conseguido ha sido gracias a ellos.
[¿Recomendarías la UNED?]
Por supuesto. Y no sólo se la recomiendo actualmente a mis alumnos, sino que siempre he dicho y seguiré diciendo que en los institutos se debería ofertar como una salida real, algo que de momento no ocurre. El profesorado siempre encamina a los alumnos hacia las carreras presenciales, y la mayoría de los jóvenes desconocen la UNED salvo que alguien de su entorno estudie en ella.